Albert Bover. Piano
Horacio Fumero. Contrabajo.
Sábado noche en el SUNSET JAZZ CLUB. En el escenario dos «maestros» dispuestos a enseñar a sus alumnos lo mejor de la música, lo mejor de si mismos. Temas propios y adaptaciones geniales. Un torbellino de ritmos, sensibilidades, emociones… Miradas cómplices entre los dos intérpretes. Compenetración absoluta. Ahora el piano por aquí, luego el contrabajo por allá… todo en prefecta sincronía… o en un delicioso desorden llegado el caso. Sonidos dirigidos a lo más profundo del alma. Cerrar los ojos y dejarse mecer por las vibraciones del aire. Un piano y un contrabajo. No hace falta nada más. Los problemas de la vida cotidiana desaparecen. El tiempo se desliza sin darnos cuenta llenándonos de una paz y alegría indescriptibles. Al acabar, una nube de placer envuelve a todos los presentes. Hasta tres «bises» arrancamos con nuestros aplausos… ¡GRACIAS MAESTROS!