Excursión familiar con unos buenos amigos a Rupit y el Far.
Rupit. Enclave entrañable por su cuidada piedra y calles. Restaurantes y fondas su aliciente… por eso hay que ir pronto si no se quiere quedar uno inmerso en una marabunta de gente invadiendo tan tranquilo pueblo un día festivo cualquiera. Un paseo entre sus calles y al cercano Salt del Sallent (sin agua, como viene siendo habitual este otoño, pero con hielo) nos dejó con los pulmones llenos de aire puro y el espíritu cargado de vibraciones positivas. Una ligera nevada, el hielo debido a las bajas temperaturas hizo más bonita la caminata.
A la hora de comer, a 15 minutos en coche, El Far con sus magníficas vistas. Aquí os dejo con algunas de las imágenes de la jornada.