Hace ya tres semanas (¡como pasa el tiempo!) podíamos dar por finalizado el verano en Girona. No oficialmente pero si de hecho. El cambio de tiempo atmosférico junto con el cambio de aires, despedían a una estación especialmente calurosa este año. Fin de los agobios caniculares. Temperaturas mas soportables, alguna necesitada lluvia… El otoño llamando a la puerta.
Paseando tranquilamente un domingo con los «peques» (tranquilamente es un decir… vaya par de elementos con apenas dos y tres años…) tomé algunas fotografías que bien merecen permanecer en el recuerdo. Desde la puerta de casa y sus flores, el río Ter, el parque de La Devesa, el río Guell, diferentes rincones de la ciudad con los charcos de la primera lluvia abundante caida el día anterior… hasta un ánimo renovado difícil de plasmar en una imagen. Y fin de fiesta, finalizando la tarde, haciendo una cervecita en el 1er Glop de Cervesa, escuchando un poquito de música del que ya hice una pequeña reseña hace un par de posts.