Un día de primavera por Benidorm. Mucho calor al sol, fresco a la sombra, viento, luz, sol… y al final de la tarde lluvia. Lo esperado para esta época del año. Bastante gente paseando por sus calles; especialmente jubilados y familias extranjeras. Edificios por doquier como si fueran setas. Una aberración para algunos; un negocio, una industria y puestos de trabajo para otros…
Escapando a las habituales fotografías que nos presentan los catálogos de viajes, me he permitido realizar el siguiente reportaje. Estas son las sensaciones que me produjo la ciudad:
La llum alicantina dóna tanta claror que t’han quedat molt bé amb aquest punt de desenfoc !!!
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